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22 de marzo de 2008

morricone

valió la pena vestirse de gala e ir a un evento tan elegante, como lo fue la venida del maestro Ennio Morricone a Chile.

las estrellas y la luna eran los acompañantes perfectos para una noche difícil de olvidar. el atardecer se dejó caer entre nosotros, todos los que ansiosos esperabamos uno de esos eventos que sabemos no volverá a ocurrir.

la noche comenzó con acordes dulces y la luna parecía feliz al ser acogida con tal elegancia. ella mostró todo su esplandor, brillando como nunca, sabía que ese lugar necesitaba su toque especial.

el silencio se dejó llevar a otro lugar, pues en su lugar la melodía comenzó a sonar por todos lados. no era necesario mirar las pantallas gigantes o hacia el escenario, las imagenes eran otras. mi mente recordaba imágenes ya vistas en películas.

pero la música era más. en momentos era mejor cerrar los ojos y solo escuchar, sentir las vibraciones de los instrumentos y las magnificas voces, llenando el lugar.

el frío de la noche me producía escalofríos a veces, aunque las voces del coro y la soprano me sobresaltaban. sus emociones podían calar los huesos y me recordaban que no escuchaba una cinta, sino que todo era en vivo, frente a mi.

al final, los aplausos permitieron que morricone tocara tres temas nuevamente, dejando ver en su rostro su alegría y sopresa por aquella demostración de aprecio y reconocimiento dado por el público.

ahora solo me quedan los recuerdos de la noche en que ennio morricone tocó bajo las estrellas.

8 de marzo de 2008

25 años

flotando por la ciudad


flotando por la ciudad, sin importar nada más que nuestros pasos entre el bullicio y las personas, todo por celebrar mi cumpleaños 25. no tomamos en cuenta nada ni nadie. lo importante era la razón para estar ahí.

mis 25 años en que pasaron muchas cosas, de las que estoy orgullosa y no me hacen sentir vieja, sino me hacen grande, con fuerza, energía y me confirman que los sueños son posibles de alcanzar y que debo seguir soñando.

esos sueños son los que desde niña me motivaban a continuar y a pensar en que sí era posible forjar una vida "normal", dentro de mi normalidad. a los 7 años se me ocurrió lo más importante y que pocos creían que era posible. con esos pocos años de vida decidí ser periodista y estudiar en santiago, fuera de mi casa y lejos de quienes me resguardaban por esos tiempos.

las cosas fueron cambiando a medida fui creciendo. decisiones a una edad temprana marcaron la vida que llevo hoy. sin embargo, mi sueño continuó. se sumaron otros que parecían lejanos e imposibles, pero que para una adolescente son comunes. todo estaba en mi cabeza, era solo cuestión mia lograrlos.

sin embargo, la vida me dió giros inesperados, que me hicieron crecer y cambiar formas de pensar, sentir y vivir. claro, mis sueños persistieron, solo les borré la fecha y los dejé libres, tal como son, sin tiempo para cumplirse.

ahora ya tengo un cuarto de siglo cumplido, vivido, y al mirar atrás veo que todo esto me ayudó a lo que construí con mis débiles huesos, pero siempre con mis firmes creencia e ideales.

tengo muchas cosas de las que soñé, que me hacen sentir grandes. tengo mi carrera, la meta que creí era el tope es -en realidad- el inicio del resto de cosas que me quedan por hacer.

darme cuenta de todo justo a los 25, no creo que sea una casualidad. ahora entiendo que no importa el tiempo, las cosas pasan cuando tienen que pasar. celebrar mi cumpleaños en el centro de santiago da fe de eso. flotar por esas calles, sin importar nada, me hace sentir llena de vida, con muchos sueños nuevos, que van de la mano de quien me llevó volando.

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