Páginas

29 de agosto de 2010

Domingos

Hace casi cinco meses mis fines de semana se volvieron locos. Partían el viernes por la tarde, tomando mi pequeño bolso de mano y yendo al terminal para ir a Rancagua. Llegando a mi casa, comía y dormía. El sábado se me hacía corto y el domingo era para arreglar el bolso de nuevo y partir de nuevo. El domingo se partía en dos. Al llegar a Stgo era para estudiar, arreglar cosas y dormir.

Creo que esta rutina, realmente agotante, se termina esta semana. Por lo menos ya no deberé viajar los domingos por la tarde porque el lunes tengo que levantarme temprano. Claro, la razón no es la mejor de la vida. Se acaba esta rutina porque el proyecto donde trabajaba se terminó. Mal final. Repentino final.

Desde la próxima semana, quizás, ya no sea necesario que viaje en la mitad del domingo. Por un lado, que esto termine es bueno, estoy agotada de mis fines de semana ultracortos, pero por otro la razón por lo que lo hacía es necesaria.

6 de agosto de 2010

Momentos que nadie quiere pasar

Hay dolores y malestares que a nadie le gusta vivir, sobre todo cuando se refiere a dolores físicos desagradables.
Por mis problemas de salud suelo tener un resfrío fuerte por año, que me tira a la cama y donde tengo que dejar todo para solo recuperarme. Con los años aprendí a conocer los síntomas y ya sé el momento justo cuando eso pasa o hasta cuando puedo estirar el elástico para terminar ciertas cosas y parar. La semana pasada me vino uno de esos episodios. Debí dejar mis cosas, mis estudios, mi trabajo, por ir al médico antes que la situación se agravara.
Estoy bien ahora, ya la infección está pasando y estoy volviendo a mis cosas. Sin embargo, entre todo el proceso de malestar por el resfrío hay una parte en particular que no me agrada, cuando ya comienzo a estar mejor, pero mi cuerpo está cansado de tanto esfuerzo que comienza a doler todo. El ánimo se va y es como una recaída, parece todo volver atrás y mis esfuerzo por mejorarme comienzan de nuevo. Prefiero no tomar remedios, aguanto porque ya el antibiótico me sale hasta por las orejas y otra pastilla más sería demasiado.
Es difícil sí, sobre todo porque vivo una enfermedad que aparentemente atañe solo a los huesos, pero en general es todo el cuerpo el que se ve afectado por su debilidad en algunos momentos. Yo aprendí a sobrellevar todo lo que implica y a diario trato de mejorar y esforzarme para resistir aún más. Esto es una lucha constante, que aunque no se note, todos los días se vive.

5 de agosto de 2010

Señales en el Metro

Para todos los que usan el metro y ven estos autoadhesivos a diario pero los pasan por alto o no saben que significan siempre es bueno un recordatorio: la señalética sobre la preferencia de discapacitados, adultos mayores y embarazadas.


Pd: Recuerda, también, Cede tu Asiento

linkwithin

Blog Widget by LinkWithin