revisando mis cosas, después de un período alejadas de ellas, encontré en la memoria de mi cámara algunas fotografías olvidadas, que tomé un día soleado de mayo y que nunca pasé a mi laptop. fue como encontrar un pequeño tesoro olvidado que me maravilló, descubrir algo que no recordaba que existiese. mi mente lo olvidó entre tantas cosas que pensar y preocuparse. hallarlo fue traer de nuevo la paz de esos días al presente. ahora son postales de un otoño en Santiago, previo a todo el caos. lindo.
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